El esquimal rodeó el estrado y se lanzó en pijama por las escaleras .En su trepidante descenso ,derribó uno por uno a todos los camareros que subían con bandejas repletas de toda clase de exquisitos manjares hechos con higo chumbo .
AL llegar al final ,la condesa , recién orinada ,lo esperaba coqueta y sibilina y planteó sin muchos rodeos la pregunta que iba de boca en vaca entre todos los comensales invitados al informal ágape .
-¿Pingu , dígame la verdad ,Soralla y usted se ven entre comidas ? Diga me la verdad,¡ truhan1 .¡Confiese !.
El esquimal asustado como nunca antes lo había estado ,golpeo con una fregona hasta las 7 de la tarde , en todos los glúteos a la Señora Condesa que no paraba de gritar en el suelo .
- ¡Dígame la verdad ,Bellaco! . ¡Dígame la verdad ,en el nombre de dios !.
.Dos camareros rubios con acento de murcia ,consiguieron apartar al iracundo esquimal ,que apretándose el nudo de la orca que le rodeaba el cuello ,saltó por la barandilla y quedó colgando ,asfixiado en eternos segundos .
En el palacio enterrado los niños imberbes con croquetas gigantes en lugar de zapatos ,lo celebraron metiendo sus dulces y golosinas por el ombligo de los caballos aplastados contra las vallas .
